[ HISTORIA ]
Como consta en el Libro de Pellejo que conserva nuestra Hermandad, en la Cuaresma del año 1605 el Padre Fray Juan del Antrueno, fraile que procedía del Convento de Nuestra Señora de la Victoria de Córdoba regentado por la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula, llegaba a Pozoblanco para la predicación cuaresmal. Como fruto de esa predicación, y reunidos en su presencia los Cabildos eclesiástico y secular, se constituía la Cofradía de Jesús Nazareno. Las personas que formaban ambos cabildos se encargaron de redactar las primeras Constituciones y de enviarlas al Obispo de la diócesis, D. Pablo de Laguna, quien decretó su aprobación en el año 1606. Aquellas primeras Constituciones establecían el “estatuto de limpieza”, de forma que las personas que solicitaban entrar en la Cofradía tenían que demostrar ante los llamados “Seises”, quienes se encargaban de admitir o denegar las solicitudes, que eran “cristianos viejos”, es decir, que su sangre no se había mezclado con la de moros, judíos, etc. Curiosamente, también se prohibía ser cofrades a aquéllos que ejercieran o fueran descendientes de personas con determinados oficios como el de verdugo, carnicero o pregonero. El cofrade casado era admitido junto a su mujer, de lo que actualmente queda como vestigio el hecho de que los matrimonios puedan figurar en la misma ficha de hermano. En pocos años caló hondo la devoción a Jesús Nazareno pues en 1617 la Cofradía emprende la edificación de una ermita. Según el citado libro “tuvo de costa el poner la ermita en alberca -es decir, en hacer los cimientos- doscientas carretadas de piedra y dos cahíces de cal. Todo importó mil doscientos y quince reales”. En los años siguientes se va completando la construcción hasta que en 1628, “siendo Hermano Mayor Juan Muñoz de Meno se hizo el retablo (…) el cual costó novecientos veintiséis (reales)”. A lo largo de la historia la Capilla ha sufrido distintas transformaciones, las más importantes en el siglo XX. Una allá por los años veinte cuando se le dio la configuración actual, desapareciendo la verja y el patio de entrada y cambiándose la orientación de la nave y la ubicación del altar. La más reciente en 1996, cuando se la sometió a una profunda restauración, gracias a la donación de un devoto, que se completó con un retablo del siglo XVI, cedido por el Cabildo Catedralicio de Córdoba, en el que se encuentra el camarín donde se expone la Imagen del Señor. En sus orígenes y hasta casi dos siglos después, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno tenía como acto principal la procesión de la Madrugada del Viernes Santo que, con el transcurrir de los años, se convirtió en un auténtico Auto Sacramental pues parece que se llegó a representar el Prendimiento de Jesús, el Lavatorio de Pilatos, el camino del Calvario en el que aparecían la Verónica, que limpiaba el rostro del Nazareno, la Virgen y San Juan, que avisaba a la Madre que Jesús se acercaba al lugar de su crucifixión, ritual en el que se intercalaba el canto de tres Sentencias y se sorteaba la Túnica. Las cofradías penitenciales desarrollaban una importantísima labor social allá donde estaban implantadas. Así por ejemplo, la Cofradía de Jesús Nazareno de Córdoba, fundada en 1579, mantenía un hospital en el que prestaba asistencia a los más pobres. Exactamente lo mismo hacía nuestra Hermandad en Pozoblanco. Este hecho común a ambas cofradías daría lugar a uno de los hitos más trascendentales en la historia de nuestra corporación y también en la de nuestro pueblo. Desde Mérida había llegado a Córdoba el Padre Cristóbal de Santa Catalina quien, tras conocer el trabajo que se hacía en el citado hospital cordobés, elige este establecimiento como centro de la gigantesca labor social que habría de emprender con la fundación en 1673 de la congregación hospitalaria de Jesús Nazareno. Diez años más tarde, en 1683, su más dilecto discípulo, el Hermano Diego de la Cruz, viene a Pozoblanco para hacerse cargo del pequeño “hospitalito” que tenía la Cofradía. De esta manera se funda la primera Casa de dicha orden en la provincia. Desde entonces, la que hoy es la Congregación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno está entre nosotros atendiendo las necesidades que cada momento histórico ha ido demandando y realizando la encomiable labor que todos reconocemos y agradecemos. Estos datos explican los fuertes lazos de unión que hay entre la Congregación y la Hermandad pues, desde los orígenes de ambas instituciones, los objetivos han sido comunes: fomentar la devoción a Jesús Nazareno sustentándola en la labor caritativo-social que cada ocasión ha requerido. Igualmente, da prueba de esta cercanía el hecho de que desde siempre nuestra Hermandad ha ayudado al sostenimiento económico de los acogidos en el “Hospital” y en las últimas Constituciones está establecido que el veinte por ciento de las cuotas de los hermanos cofrades se dedique a este fin. Llegado el siglo XVIII nuestra Cofradía continúa protagonizando la Madrugada del Viernes Santo, organizando y costeando todo lo concerniente a la procesión. En esta época es destacable la asistencia masiva de fieles a los Oficios del Jueves y Viernes Santo que se celebraban en la Capilla de Jesús en la que la Cofradía instalaba un artístico Monumento. También gozaba de una gran relevancia la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre, fecha en la que se organizaba otra solemne procesión. Ya a finales de siglo parece que hubo unos pleitos entre las dos secciones de la Cofradía, Hermanos de Jesús y Sayones, que unidos al edicto del Obispo Cebrián prohibiendo las representaciones y al decreto, unos años después, del Obispo Trevilla ordenando la celebración de una sola procesión en la tarde del Viernes Santo, dieron lugar a la escisión de los citados Sayones quienes constituyeron su propia Hermandad, siendo así que actualmente perviven ambas cofradías en un caso insólito en la Semana Santa andaluza, como lo es el hecho de que las dos compartan el mismo Titular y que cada una realice su propia salida procesional en días distintos de nuestra Semana Mayor, si bien esto último sólo es así desde 1957. Como consecuencia de lo anterior, la Cofradía de Jesús Nazareno empieza el siglo XIX viviendo los años más difíciles de su larga historia, aunque los Hermanos de Jesús siguieron manteniendo el culto a su Titular y costeando la procesión de la madrugada del Viernes Santo. Si bien de los siglos XVII y XVIII se conserva alguna documentación, del XIX sólo la hay de los primeros años por lo que los avatares que sufriera en este periodo nos son desconocidos. En el siglo XX la Hermandad va sobreviviendo a los acontecimientos que se presentan adaptándose, como todos, a las circunstancias. Así, durante la Guerra Civil la Imagen de Jesús se salvó gracias al buen hacer de uno de sus devotos que había sido nombrado administrador del Hospital tras la expulsión de las monjas que lo regentaban. Este hombre tapió la Imagen retrasándola “… del Altar Mayor al fondo del Camerino, cerca de la pared trasera, y lo tabiqué y tapando el tabique puse una sábana blanca para que no se viera el tabique (…) y así se conservó todo el tiempo que duró nuestra estancia…”. Sólo un año después de finalizar la contienda civil, los Hermanos de Jesús que sobrevivieron se reunieron para reorganizar la cofradía. Afortunadamente, en la Cuaresma de 2002 se encontró un libro de actas escrito por el que fuera capellán de la Hermandad, D. Adjutorio Redondo Calero, en el que se fecha esta reorganización en 1940 y se da cuenta, entre otras cosas, de los primeros trámites que se siguieron para la realización de un nuevo paso que sustituyera las andas sobre las que se procesionaba a Nuestro Padre Jesús, incluida una lista de donativos para tal fin. No obstante, fue en 1954 cuando cristalizaron esos esfuerzos con la aprobación de los nuevos Estatutos por el Obispo D. Fray Albino González Menéndez-Raigada, con el estreno del nuevo paso y con la creación de una sección de penitentes que vino a complementar a los Hermanos de Jesús y que acompañaron la procesión del “Paso” en la madrugada del Viernes Santo hasta que, en 1957, se decidió que aquéllos desfilasen el Martes Santo mientras que los Hermanos de Jesús continuaron acompañando y costeando la procesión del Viernes en la que desfilaban junto a la Cofradía de los Sayones, siendo así que, durante muchos años, el Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno presidió el desfile de la otra cofradía delante del paso del Señor. Desde el citado año 1957 nuestra Hermandad ha ido creciendo poco a poco y jalonando el devenir del último siglo con algunos hechos destacables pero siempre intentando mantener la idiosincrasia que la ha caracterizado a lo largo de estos casi cuatro siglos de historia. Así, en 1987 la Junta de Gobierno aprobó, en una decisión pionera para muchas hermandades, que las hermanas cofrades pudieran vestir el hábito de nazareno en la Estación de Penitencia del Martes Santo. Desde ese momento la participación de la mujer en la Hermandad conoce un gran auge, constituyendo actualmente las hermanas cofrades más del cincuenta por ciento del total de hermanos lo que hace que cuenten con una amplia representación en los órganos de gobierno de la Cofradía. En 1988 se crea la cuadrilla de Hermanos Costaleros, hecho que dará una nueva vitalidad a la Hermandad con la incorporación de personas jóvenes con inquietudes y deseos de formación e integración en el movimiento cofrade, siendo así que desde 1996 proceden de sus filas prácticamente la mitad de los miembros de la Junta de Gobierno. Y en 1994, siguiendo las recomendaciones de los Obispos andaluces relativas a la adaptación de las hermandades al estatuto marco que debía regir a estas asociaciones, se presentan a la autoridad eclesiástica provincial las nuevas Constituciones que son aprobadas por el Obispo D. José Antonio Infantes Florido el 8 de diciembre de dicho año. En los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI nuestra Hermandad ha afrontado importantes proyectos encaminados tanto a la conservación de su valioso patrimonio, con la restauración de la Imagen del Señor o la reforma y ampliación del paso procesional, como a impulsar la vida cofrade con la institución en 1997 de cultos mensuales a Jesús Nazareno o la más reciente inauguración de nuestra Casa de Hermandad, gracias a la generosidad de la Congregación de Hermanas Hospitalarias. Durante todo este tiempo, en nuestra Hermandad ha habido una figura que ha estado siempre presente y que ha sido la que ha posibilitado que este importantísimo patrimonio espiritual y material haya llegado hasta nuestros días: el Hermano Mayor. En efecto, nuestra institución sigue existiendo actualmente gracias a que este personaje ha sobrevivido a todos esos malos momentos por los que hemos pasado y se ha encargado de mantener las obligaciones y los derechos que para él señalaban las Constitucioness.• Presidente: D. Ángel María López Castilla
• Templo: Capilla del Hospital de Jesús Nazareno
• Autor de la Imagen: Autor anónimo. Talla del primer tercio del Siglo XVII.
• Fecha de fundación: 1605
• Número de hermanos: 795
• Hábitos:
– Túnica y capirote morados con el escudo de la Hermandad en el pecho; cíngulo de esparto; guantes, zapatos y calcetines negros; cirio y portacirios morado.
– Junta de Gobierno con capa amarilla.
• CASA DE HERMANDAD:
C/ Benedicto XV, 1
14400 Pozoblanco (Córdoba)
• WEB: